Monday, August 30, 2010

qué aguante

Hoy platicando con una muy querida amiga, me di cuenta que ya llevó 1,305 días trabajando para el gobierno, un gobierno en el que no creo, pero la gente con la que me he trabajado me demuestra por qué este país no se cae a pedazos.

Sólo me he encontrado casos de gente comprometida con su trabajo, claro que cada quien tiene diferentes formas de trabajar y de ser. Por ejemplo cuando entré el 2 de febrero de 2007 (y como era viernes fui casual), me buscó la que había sido mi jefa en la campaña de Lopez Obrador, que ya tenía un mes trabajando en la Secretaría de Hacienda, más específicamente en la Unidad de Política y Control Presupuestario. Recuerdo que me habló el lunes 22 de enero y me propuso integrarme a su equipo, yo la verdad es que no tenía ningún plan, sólo iba a terminar algunos pendientes pero sin dudarlo de dije que sí. La primera vez que trabajé con ella fue de manera muy relajada, recuerdo que alguna vez llegó de pantuflas a la oficina, el trabajo se hacía, teníamos algunas reuniones con los chingones de la campaña y cada quien a su casa. La segunda etapa a la que se unieron amigos y dos personas que después se convertirían en mis mejores amigos, fue muy interesante aprendí lo que es trabajar bajo presión y me gustó, sé que puedo responder, me tocó hacer cosas “importantes” me dio miedo hacer otras, pero en el balance general fue bueno.

Lo que no sabía era como la gente iba a sacar la cara que no le conocía, aun y cuando el trabajo era muy interesante y me encantaba, las cosas comenzaron a ponerse feas, sigo sin entender el afán de tener a la gente sentada sin hacer nada hasta las 11 o 3 de la mañana, trabajar los sábados y domingos, pero bueno allá ellos yo por eso me salí de ese lugar. Además los que eran mis amigos no fueron tan buenos jefes, me llevó a ahí a mis dos amigos, Jorge y Raymundo a los que no conocía, pero desde el primer momento sabía que íbamos a ser amigos, bueno en el caso de Jorge lo primero que le dije fue que si era del Verde Ecologista, pero después me demostró que es un tipo comprometido y leal, con Raymundo si puedo decir que lo vi ese viernes y no lo he dejado de ver hasta hoy. Ellos dos se salieron del barco antes de que finalizara 2007, eso porque son hombres sabios yo me quedé 8 meses más porque me gusta sufrir. Pero también esa época me colocó en el tiempo y espacio para conocer a una mujer maravillosa.

Al ponerse la cosa tan mal, decidí escapar y fue cuando Raymundo me ofreció trabajar en el Servicio de Administración Tributaria específicamente en la Administración General de Grandes Contribuyentes. Aquí la cosa ha sido espectacular, me divierto todos los días, la gente con la que trabajo es muy capaz y el trato es espectacular además que me ahorro horas de trayecto de mi casa al trabajo, porque antes llegaba a hacer 2 horas y media de mi hogar al trabajo y ahora se redujo a 10 minutos. Tengo la oportunidad de diversificar mi trabajo hasta límites que no tienen mucho que ver con mi “formación” y eso me genera retos constantes. El estar por aquí también me dio la oportunidad de reencontrarme con esa mujer maravillosa.

El 16 de septiembre cumpliré 2 años de divertirme en el SAT y el 2 de febrero de 2011 cumpliré 4 años de servicio, se dice fácil, pero requiere de un gran esfuerzo.

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